Mi lugar en la Vida

Mi lugar en la Vida

¿Cuál es mi lugar en la Vida?

En muchas ocasiones en la Vida, más de las que uno quisiera, se repite una y otra vez la misma pregunta ¿y qué hago yo aquí?...Por esa razón, me surgió la idea de elaborar este artículo.

"El amor es una parte del orden. Algunos piensan que con el amor es posible superar al orden. Eso no funciona. El amor debe someterse al orden para poder desplegarse. Los órdenes de los que hablamos aquí no son arbitrarios.

Esos órdenes son misteriosos. No es posible, aprenderlos, sólo puede ser detectada su forma de actuar. Esa forma es siempre distinta, siempre nueva."

El manantial no tiene que preguntar el camino, Bert Hellinger

Atendiendo a la cita, los órdenes Son y el amor es parte de Ellos. Pues entonces, teniendo en cuenta los órdenes, podremos encontrar la respuesta a la pregunta ¿cuál es mi lugar en la Vida?

Los órdenes son:

  • Pertenencia: Todos, vivos y muertos tienen derecho a pertenecer- por tanto, tengo un lugar, una familia donde he nacido.
  • Jerarquía: prioridad de los anteriores- los que llegaron antes dan y los posteriores reciben, tengo un lugar, un orden de llegada en la familia.
  • Equilibrio dar y tomar: entre iguales, si reconozco mi lugar puedo dar a otros iguales en equilibrio. Excepción: lo recibido por los padres, que es la Vida, imposible establecer el equilibrio.

En resumen, podríamos decir, al nacer tengo un lugar en una familia, en el lugar que me corresponde (primer, segundo o tercero...) y recibo de mis iguales en la misma medida en la que yo ocupo mi lugar, ni más ni menos.

El lugar que ocupamos en la Vida, tiene siempre un origen, nuestro nacimiento...

Al nacer, ocupamos un lugar, el pequeño, un lugar posterior a papá y a mamá. Y desde ese lugar, aprendemos la pequeñez de nuestra existencia y la grandeza de nuestros dadores de Vida, Papá y Mamá, perfectos para cada uno de nosotros. Y quizás, hemos llegado al mundo, en un segundo o en un tercer lugar, y entonces, con respecto a ellos, nuestros hermanos, también debemos ocupar nuestro lugar, tanto con nuestros hermanos vivos como aquellos que han fallecido (incluido abortos), pues todos pertenecen a la familia y debemos ocupar el puesto que nos corresponda, el lugar en el que hemos llegado al sistema, al Alma Familiar.

Al crecer, y después de aprender nuestro lugar como pequeños ante nuestros padres, aprendemos con nuestros hermanos a establecer relaciones entre iguales, y sólo cuando hemos sido conscientes cuál ha sido nuestro lugar con respecto a los hermanos, si hemos sido el pequeño o el mediano, reconociendo qué lugar ocupa cada uno, y aprender a recibir de los grandes, entonces las relaciones de pareja, de amistad, compañeros de trabajo....fluirán con un orden, fluirán en armonía, porque somos conscientes del lugar que ocupamos en la familia, y así al comenzar relaciones sabemos qué lugar ocupamos en cada relación, respetando así el Orden.

Y así por un tiempo estamos, disfrutando de ser el pequeño ante los padres y ocupando el lugar que nos corresponde entre iguales, porque luego ya nos tocará pasar la Vida, con hijos, sueños, proyectos... ¿para qué?

Pues, cuál deuda sentiríamos, después de haber recibido tanto, y además de algo tan grande como la Vida, no tener forma de devolver lo recibido, y esta entrega siempre es hacia el futuro, hacia delante. Entregar al servicio de la Vida todo lo recibido, y así todo lo vivido y experimentado no ha sido en vano. Y es justo en ese instante, cuando "Yo" me convierto en la Grande, ante mis hijos, mis sueños, mis proyectos, entonces, me ha tocado el momento de Dar.

Eso sí, sólo es posible dar, cuando hemos ocupado el lugar que nos corresponde ante los padres. Porque hemos reconocido nuestra pequeñez y hemos recibido, entonces sólo entonces tenemos las manos llenas para dar al futuro, a los que vienen, a mis sueños.

Curiosa y Maravillosa Vida!, una hermosa montaña rusa, donde partimos desde lo pequeño, con la emoción de crecer y llegar a lo más alto...y así lo hacemos, vamos creciendo ,y así damos Vida, sin olvidar que siempre hay que descender a lo pequeño siendo así ante mis padres, ante la Vida.

Tomando consciencia de qué lugar ocupo ante mis padres, y aprendiendo a recibir de ellos todo lo que me dieron porque así es y fue perfecto para mí, puedo entonces aprender y tomar el lugar en la Vida que me corresponde, como la pequeña, que con brazos abiertos se dispone a recibir Todo con lo que la Vida me quiera sorprender, reconociendo así su Grandeza.

Soy pequeña...ante la Vida, ese es mi lugar...

... disponible a todas las sorpresas con las que la Vida me quiera brindar.

Escrito por: Luz Marina R.S.